viernes, 10 de enero de 2014

Cada zazen es único: la impermanencia del YO

Llevo más de una década sentándome (muy de vez en cuando al principio, lo admito).
En estos últimos meses que me siento casi a diario, he podido constatar que cada zazen es único he irrepetible. Esto puede parecer desalentador porque aún no he llegado a una estabilidad, pero reflexionando, se convierte en la constatación de que no poseemos un yo permanente, de la fluidez de la conciencia y la mente en el devenir de los días, en otro poderoso argumento para seguir haciendo zazen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario